Terapia Infantil

¿QUÉ HACER PARA QUE LOS NIÑOS ESTÉN MÁS MOTIVADOS?

vuelta_al_cole_2013La vuelta al cole, los deberes, las tareas domésticas… pueden ser todo un desafío para los más pequeños de la casa, pero no sólo para ellos. Este inicio de curso también puede suponer todo un desafío para las madres y los padres que tratan de motivar a sus hijos a que emprendan estas tareas con persistencia y responsabilidad. Sin embargo, si los más pequeños no encuentran la motivación para hacerlas, más difícil será que las acometan.

Uno de los recursos fundamentales para mejorar su motivación es REFORZARLES las conductas que hacen bien. Un refuerzo no es otra cosa que una recompensa.

Existen las recompensas materiales:

  •  regalarle un juguete
  • comprarle chuches
  • darle la paga mensual, etc…;

Y las recompensas sociales:

  • expresar halagos o felicitaciones: «¡Qué bien lo has hecho!«, «Estoy orgullos@ de ti«;
  • abrazos, besos, sonrisas, guiñarle un ojo…
  • jugar con él/ella a su juego favorito
  • darle las gracias
  • concederle algún privilegio o responsabilidad, por ejemplo, tener el mando de la tele, llevar las llaves de casa, elegir el postre…

Lo que sabemos a día de hoy con respecto a estas dos formas de refuerzo es lo siguiente:

descarga (12)Las recompensas sociales son mucho más potentes para aumentar su motivación interna por que hace que el niño se sienta satisfecho consigo mismo, aumentan los vínculos de afecto y le ayuda a comprender que hacer las cosas bien es bueno para las relaciones personales. Esto es lo que hará que la próxima vez quiera repetir esa conducta positiva y lo hará por una motivación interna de sentir satisfacción consigo mismo.

Usar recompensas materiales, a parte de que son menos efectivas para mejorar la motivación del niñ@, tienen el peligro de que asocie hacer algo bueno con obtener un premio material. A la larga puede acabar dándole más importancia a «tener cosas» que a hacer las cosas bien.

¿CÓMO APLICAR LA RECOMPENSA PARA QUE SEA EFICAZ?
  1. Has de conocer las cosas que le gustan a tu hij@ para poder dárselas cuando cumpla con una responsabilidad. De poco serviría comprarle una chocolatina a un niño que no le gusta el chocolate o proponerle jugar a un juego que no le gusta.
  2. Las recompensas han de ser sinceras y auténticas. Los niños saben reconocer este gesto y ayuda a que le den credibilidad a nuestro halago, agradecimiento o felicitación.
  3. Las recompensas han de ser proporcionales al logro del niñ@ para que entienda la importancia real de la tarea que acaba de hacer bien y para que no pierdan efecto las recompensas. No es lo mismo ponerse a hacer los deberes o irse a la bañera sin rechistar (aquí el refuerzo ha de ser más intenso), que apagar la luz cuando sale del cuarto (el refuerzo puede ser más moderado).
  4. Las recompensas tienen que ser inmediatas para que no pierdan efecto. Si dejamos pasar tiempo entre la conducta que queremos premiar y la propia recompensa, el efecto positivo del premio se debilita muchísimo o en el peor de los casos deja de tener efecto.
TRUCOS PARA NO ERRAR 

niñosReforzar, a parte de ser un empujón que motiva a los peques, también es educar, de manera que al hacerlo correctamente, conseguimos un dos por uno: le educamos en valores y le motivamos para que continúe haciendo las cosas bien hechas. Para no errar a la hora de reforzar a tu hij@…

  1. Es más importante premiarle por su esfuerzo que por el resultado. Un claro ejemplo sería cuando un niñ@ se esfuerza mucho en una asignatura, por ejemplo, las matemáticas. Hace todos los deberes, le pregunta las dudas al profesor y a sus padres, le dedica tiempo, constancia, estudia para el examen, pero a pesar de sus esfuerzos, no aprueba el examen. Aquí es cuando, aún a pesar de no haber aprobado hay que reforzarle muchísimo toda la dedicación y el esfuerzo invertido para que no desista en su empeño por lograr superar la asignatura (recordad que debéis haber estado reforzándole de tanto en tanto durante el proceso de estudio, ya que el refuerzo cuanto más inmediato mejores resultados)
  2. El premio tiene que ser absolutamente positivo y sin una pizca de reproche, ya que de lo contrario el niño capta el reproche y el premio se convierte en castigo. Un ejemplo de lo que no hay que hacer es este:  «Que contenta estoy hoy de que hayas hecho los deberes, no como la semana pasada!«
  3. Sólo deberemos reforzar cuando sea necesario. No hay que reforzar todas las conductas que haga el niño ya que le saturaríamos y el refuerzo o premio dejaría de ser efectivo.
  4. Un error común es reforzarle sólo cuando hace algo perfecto. Sin embargo, es muy positivo premiarle cuando el pequeñ@ haya demostrado un progreso aunque no termine de hacerlo bien del todo. Este empujón o premio le servirá para que siga trabajando en esa línea hasta alcanzar la perfección.

Espero que os haya resultado útil y que os ayude a darle ese empujón a los más pequeños de la casa hacia la dirección adecuada! Y recordar, siempre es mejor un premio social! 😉

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