Depresión

¿QUÉ NOS HACE VULNERABLES A PADECER UNA DEPRESIÓN?

¿Conocéis la historia de Aquiles? Aquiles era un fuerte guerrero, hijo del rey Peleo y de la Diosa Tetis. La leyenda cuenta que cuando Aquiles era un niño, el adivino Calcas profetizó que la ciudad de Troya nunca sería conquistada sin la intervención de Aquiles. Su madre, temerosa de que muriese en combate, lo llevó al rio Estigia, un rio sagrado que tenía la virtud de volver invulnerable a todo aquel  que entrara en sus aguas. La única parte del cuerpo de Aquiles que no se moja fue el talón… Su talón era su único punto débil…aquiles

Todas las personas tenemos nuestro talón de Aquiles. Son nuestras debilidades, aquellas partes de nosotros mismos que hemos de fortalecer y mejorar porque si nos dan en ese punto… caemos.

Efectivamente, cuando hablamos de un problema como la depresión hemos de ver qué la originó (siempre empieza con una pérdida de reforzadores: un trabajo, una relación de pareja, un ser querido, etc…), pero también es importante conocer qué debilidades han hecho que seamos más vulnerables que otras personas a padecer este problema. Y estas vulnerabilidades tienen que ver con cómo nos movemos por la vida. Puede que hayamos adquirido una manera de vivir o unos esquemas mentales contraproducentes y desde este punto de vista, podemos ser más vulnerables cuando la vida nos da un golpe o se ponen las cosas difíciles  (como por ejemplo, perder a un ser querido, o ese trabajo que te hace sentir realizad@, o tener problemas económicos, etc…).

VULNERABILIDADES EN DEPRESIÓN

Antes de describirlas, me gustaría hacerte una pregunta, ¿crees que la presencia de alguna de las siguientes vulnerabilidades es suficiente para caer en una depresión?

La respuesta es que no. Al igual que Aquiles tenía su punto débil en el talón, no murió hasta que recibió una flecha en ese punto. Por tanto, hace falta algo más, esa flecha que impacte en nosotros. En el caso de la depresión la flecha sería la pérdida de algo muy importante en nuestra vida. Si quieres saber más sobre cómo surge la depresión, puedes leer más en «¿Por qué nos deprimimos?«.

No obstante, siempre viene bien tener en cuenta los puntos débiles que nos pueden hacer caer más fácilmente en una depresión para que la vida no nos haga caer.

Dicho esto, vamos a analizar qué es lo que nos hace vulnerables a padecer depresión 😉

1. Nuestro estilo cognitivo. Nuestra forma de pensar determina en gran medida cómo nos sentimos y cómo nos movemos en la vida. Los pensamientos que más vulnerables nos hacen frente a la depresión son:

  • Pensar que soy menos que los demás y/o que no soy lo suficientemente valioso. Esta forma de pensar delata una muy baja autoestima. La persona se pone siempre por debajo del resto del mundo, no se valora, ni se siente valorad@, no ve sus virtudes, únicamente se focaliza en sus defectos, y no sólo eso, sino que su percepción está tan alterada que verá defectos en sí mism@ donde no los hay. Una falta de amor propio muy acusada nos hace muy vulnerables ante la depresión. De hecho,  no existe nadie que esté deprimido y que no tenga una carencia en su autoestima. La autoestima sana es un gran protector frente a la depresión y el ánimo bajo. Desarrollarla al máximo y potenciar pensamientos sanos y objetivos sobre uno mismo es una labor muy necesaria en todos los seres humanos.
  • Pensar que merecemos ser castigados cuando cometemos un error para así saldar el error y poder sentirnos bien con nosotros mismos. Estos pensamientos tienen que ver con los autocastigos, los remordimientos, las críticas destructivas que podemos lanzarnos cuando sentimos que no hemos hecho algo bien o que hemos fallado en algo o a alguien. Se utiliza un lenguaje con muchos «Deberías haber hecho….»;»No debiste…» o con adjetivos descalificativos «Mira que eres retrasad@»; «No sabes hacer las cosas bien«; «Eres un inútil»; «Todo el mundo se va a reír de ti»; «No mereces su perdón».depresion
  • Pensar que la vida «debe» ser maravillosa también nos hace vulnerables frente a las adversidades. Es un pensamiento rígido que no nos ayuda a encajar las dificultades y puede contribuir a que nos desengañemos de una manera muy dura y caigamos en un estado de ánimo depresivo.  Aquí podrían entrar sentimientos de injusticia: «la vida no es justa«, «la vida es cruel«.

2. Nuestro estilo de vida: Llevar una vida con pocos alicientes, una vida vacía, anodina, monótona y en la que no nos sintamos plenos nos vulnera mucho a padecer depresión ya que a la mínima que aparezca un suceso negativo, éste, nos va a golpear muy fuerte y no tendremos un escudo de cosas buenas en nuestra vida que amortigüe el golpe.

3. Carencias en el área social:

  • No tener una buena red de amistades o apoyo social cuando se está atravesando por un momento duro o complicado puede hacer que nos sintamos solos y desvalidos. Sin ese calor o ese hombre sobre el que llorar cuando estamos mal es más fácil no superar una tristeza puntual y caer en una depresión.
  • Falta de Habilidades Sociales. Las habilidades sociales nos sirven para relacionarnos satisfactoriamente con las personas de nuestro entorno. Las vamos aprendiendo desde que somos niños a través de nuestros padres, familiares y personas más cercanas. Tienen que ver con saber iniciar una conversación, expresar sentimientos, hacer peticiones, saber encajar y realizar críticas, etc…

Si una persona no ha tenido un buen ejemplo de habilidades sociales puede verse en aprietos si, por ejemplo, se muda de ciudad por cuestiones laborales. Le costaría hacer amigos y entablar nuevas amistades, por lo que podría fácilmente sentirse solo y deprimirse.

apoyoTambién podría ocurrir que se esté atravesando un momento personal complicado o incluso esté en un principio de depresión y por esta falta de habilidades sociales la persona no sepa cómo pedir ayuda y acabe empeorando su tristeza y su depresión.

3. Falta de habilidades para resolver problemas. Hay personas con más habilidad para enfrentarse a situaciones difíciles, esas en las que sentimos que hemos perdido algo muy importante para nosotros. Estas habilidades para resolver problemas incluyen: valorar alternativas, abrir perspectivas, buscar ayuda, informarse, ser creativos, generar pensamientos positivos y realistas, etc… Todas estas habilidades podemos ponerlas de nuestra parte cuando la vida nos da un revés. Si carecemos de la habilidad para resolver los problemas no sabremos tomar las decisiones que mejor nos hagan sentir y puede que aparecen una serie de desequilibrios emocionales (tristeza, rabia, frustración, intolerancia, enfado, sentimiento de injusticia…) que nos tambalearán. Si no conseguimos afrontar dicho problema con éxito, finalmente, podrá con nosotros y podríamos entrar en una depresión.

Como veis, existen diversos componentes que nos hacen más frágiles y vulnerables a la hora de lidiar con sentimientos de perdida. Pero todas estas debilidades pueden convertirse en fortalezas si las trabajamos y les damos la vuelta. Sólo hay que tomar conciencia de que existen, de que juegan en nuestra contra, e idear una nueva forma de pensar y movernos por la vida.

¡Espero que os haya resultado útil e interesante! Si te ha gustado, dale a «me gusta» y comparte! Nos leemos en el siguiente post 😉

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