Hoy quiero compartir una pequeña reflexión con todos vosotros. El otro día, no recuerdo muy bien por qué, empecé a pensar en la cantidad de pensamientos negativos y distorsionados que tenemos las personas. Y reparé en que una vez se ponen en marcha cuesta detenerlos por que adquieren cierta inercia. Y cuanto más nos movemos en esa corriente de pensamientos más habitual la vemos y más nos cuesta cambiarla…
De esta forma estamos construyendo una realidad concreta en nuestra mente. Una realidad que está sólo en nuestra cabeza y que sólo ven nuestros ojos. No es una realidad objetiva, sino fruto de una forma de pensar concreta.
¿Cuanto tiempo invertimos en repetirnos una y otra vez cosas que nos hacen sentir mal? ¿Cuantas veces nos hemos descubierto a nosotros mismos peleando contra ellas y tratando de desterrarlas de nuestra cabeza?
Ya sabéis que nuestra forma de pensar la hemos aprendido por el influjo de nuestros seres queridos, por personas a las que admiramos, por experiencias que nos han marcado, por conclusiones que sacamos de un determinado acontecimiento….
Si a lo largo de este proceso hemos ido sumando pensamientos negativos el resultado podría ser que desconfiemos de la gente, que veamos el mundo de una forma gris, que no nos abramos a los demás por miedo a que nos dañen… y así poco a poco le vamos dando fuerza a nuestros temores… desoyendo la valentía que nos empuja a tirar a bajo esas murallas y ver realmente a la persona que tenemos en frente, pero sobre todo y más importante ver a la persona que realmente llevamos dentro.
Así que, hoy os animo a que le demos fuerza a esa voz que nos empuja y nos anima acrecer, a desarrollarnos, a pensar bien de los demás, a creer en uno mismo y a regenerar nuestra mente con nuevos pensamientos más sanos, más auténticos, pensamientos que sean hijos del amor, el respeto, el «no juicio», la comprensión, la compasión, la amistad, la solidaridad, la bondad… ¡Cuanto creceríamos las personas si elaborásemos pensamientos más constructivos! ¡Cómo cambiarían nuestras vidas y las de las personas que nos rodean si consiguiésemos tener una mente siempre constructiva y limpia!
Pero como se suele decir, ¡nunca es tarde si la dicha es buena! Hoy es un buen día para construir aquellos pensamientos que nos llenen de dicha y nos hagan sonreír. Hoy podemos cambiar el final del cuento y extraer una lectura más apropiada a aquellas cosas que nos pasan. Hoy es un magnífico día para empezar a pensar bien de uno mismo, de los demás, de la vida…
¡Piensa bien de todos y de todo! (incluso de ti mismo). Por que siempre existe una lectura más exacta y adecuada a la negativa, sólo hemos de asomarnos para ver otras alternativas de pensamiento…
Te invito a extraer el pensamiento más lleno de amor que seas capaz, sal a la calle con la voluntad de ponerte unas gafas de sana construcción sobre lo que te rodea y verás como tu interior y tu exterior cambian!
¡PIENSA BIEN Y ACERTARÁS! Porque las consecuencias de una mente constructiva son innumerables 😉