El amor es un arte que hay que cultivar y mejorar día a día. Nadie nacemos perfectos y cuando llegamos a una relación de pareja, puede que nuestras imperfecciones, sumadas a las del otro, hagan que la convivencia se convierta en algo difícil. Sin embargo, todo se puede mejorar, rectificar y aprender a hacer mejor.
Lo que hoy os propongo es que aprendamos a desarrollar una serie de estrategias o habilidades para solucionar, de manera sana, los conflictos con las parejas. ¡Allá vamos! 😉
SOLUCIONAR PROBLEMAS EN PAREJA
- Abordar sólo un problema a la vez. Este es el primer requisito a tener en cuenta y, además, uno de los más importantes. Muchas parejas suelen cometer el error de mezclar temas conflictivos, saltar de un problema a otro, echar en cara, reprochar, culpar de lo que nos ha disgustado hoy, ayer y la semana pasada… la persona abre la caja de pandora y echa mano de todos los recuerdos dolorosos y de todas la veces en las que se ha sentido decepcionada, dolida o defraudada por su pareja. Si ocurre esto, es porque seguramente existen muchos temas (o bien unos pocos pero muy recurrentes, como por ejemplo, la familia política, el cuidado de los hijos…) por solucionar del pasado y del presente, que puede que por falta de comunicación o habilidades no se hayan resuelto satisfactoriamente.
Lo que tenemos que saber acerca de esta forma de resolver conflictos es que nos conduce a una dinámica de reproches y ofensas que imposibilitan el entendimiento mutuo. Esto nos va a producir más dolor y sufrimiento del necesario y no alcanzaremos nuestro objetivo: entendernos con el otro para llegar a una solución.
Por tanto, escoge un único tema problema y concrétalo haciéndolo lo más sencillo y detallado posible. Todos tus esfuerzos deberán estar enfocados en no saltar a otro tema (aunque guarden relación). Si, por ejemplo, estás planteándole a tu pareja que te molesta que te contradiga delante de tu hijo, quédate en ese punto hablando siempre del presente, del ahora sin mencionar otros episodios pasados en los que también te haya podido dejar en evidencia delante de tu hijo/a. Y sobre todo trata de explicarle sin herirle el por qué de tu frustración. LA COMUNICACIÓN ES FUNDAMENTAL!
- Centrarse en las soluciones, no en el problema. Ahora que ya sabes lo importante que es abordar los problemas de uno en uno, viene la siguiente pregunta: ¿Cómo abordo el conflicto? Enfoca tu mente en tres áreas:
- Buscar soluciones en lugar de ver los problemas. Se puede proponer más de una solución, contra más abráis el abanico de posibles soluciones más probabilidad de alcanzar la más satisfactoria.
- Los reproches y las críticas destructivas hay que borrarlas para llegar a una solución creativa.
- Estar abierto y receptivo tanto a exponer tu punto de vista como a escuchar de manera empática la postura de tu pareja. La solución ha de satisfacer a ambos.
- Alcance de un acuerdo. Una vez planteadas las distintas soluciones hay que valorar las consecuencias positivas y negativas de cada una para la pareja. La solución final deberá estar muy bien detallada y descrita en comportamientos tangibles que deberá, además, reproducirse en las situaciones pactadas. En el ejemplo anterior la queja era que la pareja le descalifique delante de su hijo. La solución podría ser: Darle su opinión cuando se encuentren a solas.
- Los esfuerzos de cambio y mejora tienen que ser recíprocos y bidireccionales. Ambos deberán comprometerse a cambiar aquellos aspectos de sí mismos que perjudiquen al otro. Es un baile en el que ninguno puede detenerse o acomodarse. Ambos han de avanzar, caminar y crecer en su individualidad y también dentro de la relación.
Me encanta tu post! Muy claro y con unas aportaciones muy prácticas para ir mejorando día a día! Un saludo!
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Muchas gracias por tu comentario Ángela! Me alegra que te haya gustado! 😉
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