Ansiedad, Sin categoría

¿Cómo saber si tienes un problema de ansiedad?

primitive_man.jpgSi nos trasladamos a la era prehistórica cuando el hombre comenzó a ser hombre (a cazar, recolectar, cocinar alimentos con el fuego, etc…), los peligros a los que tenía que enfrentarse eran innumerables: depredadores, malas condiciones climatológicas, escasez de comida, de agua… Su supervivencia dependía de muchos factores, pero uno de ellos, era que tuviera altos niveles de ansiedad ante un peligro inminente, como por ejemplo, que apareciera un tigre ante él con intención de devorarle.

El miedo a ser deboradoTigre.jpg por un tigre de vengala, dispararía la ansiedad  al máximo exponente, y esto haría que el cuerpo de nuestro hombre de las cavernas adquiriera una serie de cambios fisiologicos que le ayudarían a luchar o huir aumentando así las posibilidades de salir con vida.

Como véis, la ansiedad tiene una razón de ser: ayudarnos a sobrevivir y en este sentido la ansiedad no forma parte de una patología porque existe un peligro objetivamente real.Hoy en día, no vamos a encontrarnos con un tigre de vengala por la calle, pero imagina, que ves a un niño cruzar un paso de cebra cuando el semáforo está en rojo y un coche se acerca a mucha velocidad.

¿Cómo saber cuándo la ansiedad sí es un problema?

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  • Cognición disfuncional. Este es el denominador común en todos los trastornos de ansiedad: evaluar erróneamente un estímulo como algo amenazante. Por ejemplo, reaccionar con el mismo nivel de ansiedad ante un tigre (peligro real) que ante un perro o una paloma (evaluación errónea de peligro). La ansiedad que se experimenta no es proporcional ni coherente con el objeto que la provoca. A partir de aquí se disparan una serie de pensamientos catastróficos y de anticipación de peligro («el perro va a morderme», «seguro que me ataca cuando pase por mi lado»), etc… así como unas estrategias de evitación o escape del objeto temido, en nuestro caso el perro y la paloma 😉
  • Deterioro del funcionamiento en la vida. La ansiedad clínica o patológica interfiere significativamente en el bienestar emocional de la persona que lo padece. En primer lugar, afecta al buen manejo de aquello que le asusta ya que nunca se enfrenta a lo que teme; y en segundo lugar, afecta a la vida social, afectiva o laboral de la persona. Si seguimos con la fobia a los perros, te comentaré un caso real de una chica, aunque no te daré su nombre real. Pongamos que se llama María. María fue atacada de niña por un perro y a partir de entonces condicionó un miedo muy grande cada vez que veía a uno de estos animales. No importaba lo grande o pequeños que fueran, su ansiedad se disparaba muchísimo. Así que comenzó a evitar zonas como los parques,  a cambiarse de acera si venía un perro, a esconderse detrás de sus familiares o amigos si se cruzaban con otras personas con perros. Dejó de subir a casa de sus amigas ya que éstas tenían perro y se perdió más de una agradable reunión de amigas. Como vivía en un barrio con muchos perros siempre andaba nerviosa, alerta y preocupada por si se cruzaba con alguno. No entraba en el portal de su casa si veía que en ese momento estaba entrando su vecina con el perro, se quedaba fuera y esperaba a que ya no estuvieran… Como veis, la vida de María se fue complicando por el miedo tan intenso que le tenía a los perros, le costaba estar relajada y se sentía muy mal por estar tan asustada y no superarlo.
  • Persistencia. La ansiedad es mucho más duradera de lo normal en personas con problemas clínicos de ansiedad ya que sólo con la idea de pensar que van a toparse con aquello que temen su ansiedad comienza a subir, aunque luego resulte que nunca aparezca el objeto temido. Por ejemplo, María, salía nerviosa desde el instituto hasta su casa por si se cruzaba con un perro. El trayecto duraba 15 minutos y su ansiedad durante todo el recorrido ya era elevada.  Las personas con problemas de ansiedad experimentan en muchos momentos del día y con frecuencia niveles grandes de ansiedad.
  • Hipersensibilidad de los estímulos. Imaginad a una persona con hipocondría que cree tener una enfermedad muy grave que todavía no le han descubierto. Está tan asustado y su ansiedad es tan alta ante esta posibilidad que se vuelve hipervigilante con su cuerpo y trata de observar que todo está normal. Si un día descubre una peca que antes no tenía su ansiedad se disparará muchísimo ya que podrá pensar que es síntoma de cáncer de piel (aunque esa peca haya estado allí toda su vida y no se haya dando cuenta hasta ese momento). Otro ejemplo podría ser el de las personas con fobia a las aves. No solamente se dispararía su ansiedad en presencia de ellas, puede que otros estímulos que les recuerden a los pájaros también les haga subir la ansiedad, como por ejemplo, ver plumas.

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Sandra Muñoz Tortajada

Psicóloga especializada en Ps. Clínica, CV-12460

Facebook: Psicología Sandra Muñoz / email: sandra.m@cop.es

Despacho: C/Guillem de Castro, nº9 (Valencia)

 

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