Cuando hablamos de adicciones no químicas, no tóxicas o psicológicas nos referimos a aquellas en las que la persona se ha enganchado a un tipo de conducta, a priori, «normal» e incluso saludable, pero que repite con una frecuencia excesiva obteniendo consecuencias negativas en el bienestar emocional, social, afectivo, económico, laboral… Algunos ejemplos de adicciones no químicas son:
Adicción al juego o ludopatía.
- A las compras físicas u online.
- A las redes sociales: chats, facebook, etc…
- Al móbil, a internet, a los videojuegos.
- Al sexo.
- Al amor.
- Al deporte.
- Al trabajo.
Las adicciones químicas son las llamadas drogodependencias. Adicción al tabaco, a la cacaína, a la marihuana, al alcohol, a la heroína, a los ansiolíticos u otros fármacos, etc…
SIMILITUDES ENTRE ADICCIONES NO TÓXICAS Y LAS DROGODEPENDENCIAS
A) Secuencia similar en el síndrome de abstinencia.
- Impulso a repetir una conducta desadaptativa o perjudicial. Aunque ésta tenga consecuencias negativas, las ganas de repetir esa conduca es inmensa en las personas que padecen una adicción.
Acumulación de tensión hasta que se complace la conducta. La tensión es proporcional al tiempo que ha transcurrido durante la privación. A más tiempo de privación, más necesidad o tensión. Sin embargo, esta tensión, aunque sí va aumentando durante la privación, tiene un tope, a partir del cual, la tensión va disminuyendo hasta que esta necesidad acuciante desaparece. Es cierto que puede ser difícil aguantar la tensión, dejarla subir y no hacer nada, pero si se deja pasar el tiempo suficiente, la tensión por repetir dicha conducta se esfuma.
- Alivio rápido, pero temporal, de la tensión. Una vez se realiza la conducta o se consume la sustancia la tensión desaparece de golpe. El alivio que se siente, es un fuerte reforzador que empuja a la persona a volver a repetir el patrón una y otra vez, para obtener dicho alivio.
- Retorno gradual al impulso. Sin embargo, el alivio que se experimenta es temporal y pasajero. A corto plazo hace sentir mejor a la persona, pero no soluciona el problema y el ciclo vuelve a comenzar en un círculo vicioso que se repite una y otra vez: impulso, acumulación de tensión, alivio rápido…
B) Procesos implicados en la adquisición y consolidación.
- Efectos inciales. En algunas ocasiones la primera experiencia con una droga (tabaco, alcohol, cocaína, etc…) no siempre es agradable. Un cliente me comentaba que la primera vez que provó la cocaína no le sentó bien. Lo mismo ocurre con las adicciones no tóxicas, por ejemplo, en la adicción al deporte, puede que la primera vez que alguien sale a correr no tenga una buena experiencia. Sin embargo, los motivos que impulsan estas conductas son diversos: encajar con los amigos, mejorar las relaciones sociales, conseguir estatus social, etc… Pero si la primera experiencia no es agradable, ¿por qué se consolida la adicción?
- Repetir una conducta produce un efecto de habituación y disminuye la sensibilidad a los efectos negativos. Nuestro organismo se adapta. De esta forma se consolidan los efectos positivos, ya que la repetición de la conducta.
- Por otra parte, el consumo de la droga o la repetición de la conducta suele tener consecuencias deseables (sensaciones agradables, alivio de displacer, tensión, tristeza, ganancia de dinero con el juego…) que se convierte en un fuerte reforzador y que empujan a la persona a seguir repitiendo la conducta o consumiendo. No obstante, los efectos agradables no siempre aparecen (por ejemplo, no siempre se gana dinero cuando se juega), sin embargo, por paradógico que parezca, los patrones de refuerzo parcial (como es en el juego) son los que más consolidan la conducta, los que más enganchan, ya que la persona tiene la expectativa de lograr ganar y hasta que no lo consigue, no para, aunque eso suponga perder grandes cantidades de dinero.
2. Condicionamiento de claves externas e internas. Cuando las circunstancias, contexto, etc, de la conducta adictiva se repiten (por ejemplo, fomar después del café), estos elementos quedan ligados a la propia conducta adictiva y facilitan o potencial la acción adictiva. A esto se le llama estímulos condicionados, por ejemplo, la hora del café y el propio café incitarían la conducta de fumar porque se ha creado una asociación entre estos elementos. También existen estímulos condicionados que no son físicos, como por ejemplo, ciertos estados de ánimo, temas de conversación, sensasiones físicas… en los que siempre se lleva a cabo la conducta adictiva. Creando de esta forma la asociación.
3. Desarrollo de tolerancia. Aunque el término «tolerancia» se ha importado de la farmacología, no tiene que ver sólo con tolerancia física o química. La tolerancia ocurre cuando necesitamos pasar más tiempo realizando la conducta adictiva para obtener los efectos agradables.
4. Aparición de síntomas de abstinencia. La abstinencia aparece cuando ha pasado un tiempo de privación sin consumir o ejecutar la conduta adictiva. Puede ser tanto psicológica como fisiológica y tiene efectos contrarios a los que se tiene cuando se consume o se realiza la conducta adictiva: sensaciones displacenteras, desagradables, que van ganando intensidad a medida que aumente el tiempo de privación. Como explicábamos antes, esta tensión y las sensaciones displancenteras desaparecen si dejamos pasar el tiempo necesario. Pero si la persona
5. Reducción de otras conductas adaptativas. Se invierte mucho tiempo en la conducta adictiva. De hecho la obtención de la droga o la búsqueda de ejecutar la conducta adictiva absorven mucho tiempo en la persona. La tolerancia también hace que la persona necesite pasar cada vez más tiempo enganchado para obtener un mínimo de placer y así, progresivamente, se van dejando de lado otros hobbies, aficiones o facetas de la vida que son necesarias afrontar (llevar a los niños al colegio, ir al trabajo, etc…)
6. Deterioro de relaciones familiares, sociales, laborales… Las adicciones, sean del tipo que sean, perjudican gravemente la vida de la persona, las aleja de sus seres queridos, llevan a la ruina o la bancarrota a su familia, la familia se desestructura… La convivencia se vuelve más difícil. Aparecen conductas antisociales en la persona adicta.
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Sandra Muñoz Tortajada
Psicóloga especializada en Ps. Clínica, CV-12460
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