Este es un post que tenía pendiente escribir y que espero que os ayude.
Son varios los clientes que acuden a mi consulta y que están atravesando una ruptura de pareja. Todos ellos dicen sentir dolor en su corazón, tristeza, desgarro…
Y es que, el duelo, duele. Es una despedida, un zanjar y un tener que aprender a aceptar que nuestra realidad ya nunca será igual, será distinta. Y por mucho que nos cueste atravesarlo, es un proceso natural que nos ayudará a vaciarnos emocionalmente del otro, cerrar un ciclo y poder empezar a construir uno nuevo. El duelo nos ayuda a hacer espacio, lentamente, en nuestro interior para la llegada de otras experiencias y personas.
Pero nuestra actitud ante las rupturas son cruciales. En función de lo que elijamos hacer en estos momentos tendremos más posibilidades de sufrir menos.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que cuando se atraviesa una ruptura nuestro estado de ánimo es mucho más bajo. Nos cuesta más sonreír, disfrutar de las cosas que antes nos gustaban, estamos más sensibles, puede que también surjan emociones de enfado, incomprensión, frustración, rabia, tristeza, obsesión por el otro… Cualquiera de estas emociones nos empujan a buscar el equilibrio, a disolver la emoción. Si estoy enfado seguramente tendré ganas de cantarle las cuarenta y decirle todo lo que llevo dentro, desahogarme. Si estoy triste y le hecho de menos tendré ganas de mandarle un mensaje, escribirle, saber cómo está, cómo le van las cosas…
Y aquí es donde viene la primera pauta. Una vez zanjada la relación, mantén un tiempo relativamente largo sin contacto con tu expareja, avanza, mira hacia delante y trata de remontar si él/ella. Lo aconsejable es, como mínimo, un año (pero puedes necesitar más tiempo) para que tengas tiempo de asimilar tu nueva situación y que vayan cerrándose las heridas de la ruptura. Esto te ayudará a mirar hacia delante y no quedarte enganchado en el pasado. Esto implica controlar los estímulos que te recuerdan a tu ex y que puedan hacerte daño o desestabilizarte. Es decir, alejar todo lo que te recuerde a él. El control de estímulos implicaría:
- Contacto: durante este tiempo relativamente largo, trata de no tener conctacto con el otro. Es decir, no llamarle ni escribirle ningún mensaje. Deja que tus heridas se curen. Date tiempo y espacio sin el otr@. Si todo se cura de forma adecuada y ambos queréis retomar el contacto como amigos es muy lícito, pero para poder hacer esa transformación de pareja a amigos hace falta tiempo y que las heridas se cierren.
- Amigos comunes: No preguntar a los amigos comunes por el ex, aunque tus intenciones sean muy buenas y nobles… ¡no lo hagas! 😉 ¿Por qué te digo esto? Pueden pasar varias cosas:
- O bien te enteras de que le va estupendamente, que está muy bien sin ti, puede que hasta te enteres de que ha estado con otras personas o que está conociendo a alguien, lo cuál te hará mucho daño si tu estás todavía triste y afectado por la ruptura.
- O bien, te enteras que aún te echa de menos, que no lo supera, que está hundid@, lo que te hará sentir mal, preocupad@, triste, porque al fin de cuentas esa personas te ha importado mucho.
Sea como sea, tener noticias del otro, ya sean positivas o negativas van a desestabilizarnos emocionalmente y te harán estar más triste y menos entero para encauzar tu nueva vida.
- Redes sociales: el facebook o cualquier otra red social hace mucho daño cuando de rupturas se trata, más si las rupturas son recientes. Como te comentaba antes, no te expongas a ver fotos del otr@ con otras personas, en otras fiestas, en otros ambientes o con otras chicas o chicos. Nuestra cabecita en ocasiones piensa demasiado y podemos comenzar a hacer conjeturas que nos hagan mucho daño como «pues no me quería tanto», «ya veo que no me echa nada de menos», «seguro que está conociendo a otra persona…». Sinceramente, no merece la pena entrar ahí. Lo mejor que podemos hacer es control de estímulos 😉 Te aconsejo que bloquees su cuenta. También puedes dejar de seguirle para que sus publicaciones no aparezcan en tu muro o simplemente abrirte una nueva cuenta al margen de tu ex. Recuerda que tú eres lo importante, que tienes que invertir mucha energía en volver a estar como antes de la ruptura, asi que… ¡cuídate y póntelo fácil! 😉
- Cosas que te recuerden a él/ella: regalos, fotos, cartas, dedicatorias, cosas que se haya dejado en tu casa (cepillo de dientes, ropa, etc…). Recógelo todo, compra una caja bien grande y guardalo todo dentro. Después asegúrate de encontrar un lugar de difícil acceso en tu casa, ¿lo tienes?, pues si lo tienes, deja ahí la caja. En un rincón en el que no te la estés tropezando cada dos por tres.
- Personas: Rodéate de personas nuevas o amigos que no tengan que ver con él o ella. Busca nuevas experiencias, haz cosas distintas y explora nuevos ambientes para empezar a construir nuevos momentos. Las personas o los lugares nuevos son reconfortantes ya que no están ligados emocionalmente a la persona que tratas de olvidar.
- Lugares: Por otra parte, evita durante una temporada los lugares que frecuentabas con él/ella. No es necesario el sufrimiento gratuíto.
- Actividades: Llena tu tiempo libre con actividades agradables o que siempre hayas querido hacer. Mantente ocupado y activo haciendo las cosas que más te gusten (cine, conciertos, teatro, etc…). Las rupturas también son buenos momentos para apuntarte a esas clases que siempre quisiste asistir pero nunca pudiste (idiomas, cocina, pintura…), o bien para empezar a hacer ejercicio (apuntarte al gimnasio, a clases de natación, a baile, aprender a hacer cosas nuevas, etc…). Aprovecha para hacer aquello que no podías hacer cuando estabas en pareja 😉 Te dará fuerza y te alejará de la tristeza.
El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional. Si estás atravesando una ruptura cuídate mucho, piensa en tí y busca aquello que te haga sentir bien. Que las heridas se cierren y vuelvas a sonreír… es cuestión de tiempo 😉
Sandra Muñoz Tortajada
Psicóloga especializada en Ps. Clínica, CV-12460
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