Probablemente a todos os suene la palabra asertividad e incluso puede que estéis familiarizados con los conceptos de persona agresiva o pasiva. Sin embargo, si tratamos de definir qué quieren decir estos tres conceptos igual no tengamos las cosas tan claras.
Lo que sí hemos de saber es que nadie es puramente asertivo, agresivo o pasivo. Las personas solemos tender más a un comportamiento que a otro y desde esa tendencia nos movemos por el mundo. En unas situaciones quizás nos salga de forma natural ser asertivos y defender nuestros derechos sin ofender a nadie y otras veces puede que la situación nos desborde y nos veamos sin habilidades para afrontar de manera asertiva un conflicto.
¿QUÉ ES LA ASERTIVIDAD?
Una de las definiciones dice que la asertividad es la capacidad de autoafirmar los propios derechos, sin dejarse manipular y sin manipular a los demás.
Es decir, defender o expresar de manera educada, respetuosa y no hiriente lo que pensamos y/o sentimos. Y hago especial énfasis en la palabra educación y respeto, ya que a mi juicio, una de las características primordiales dentro de la asertividad es no perder de vista el respeto y la educación cuando hablamos con las personas.
Esto suena muy bien, ¿verdad? Pero la práctica es un poco más complicada.
¿QUÉ PUEDO HACER PARA MEJORAR MI ASERTIVIDAD?
El primer paso es tomar conciencia de en qué punto nos encontramos. Esto nos dará claridad y perspectiva y nos ayudará a definir una meta hacia la que dirigirnos. La toma de conciencia de uno mismo facilita el autoconocimiento personal y es un grandísimo aliado de aquellos que desean mejorar algún aspecto personal. Si nos mantenemos ignorantes o ciegos ante nosotros mismos y nuestros fallos jamás podremos mejorarlos.
Sigue leyendo y te ayudaré a tomar conciencia de dónde te encuentras 😉
LA PERSONA PASIVA
Recuerda que nadie es pasivo al 100%, sin embargo puede que te identifiques con algún punto. Aquí se recogen las actitudes y comportamientos de una persona absolutamente pasiva.
- No defiende sus derechos, intereses o necesidades
- Respeta a los demás, pero NO a sí misma
- Patrones de pensamientos erróneos:
- «No quiero molestar«
- «Me sacrifico para que los demás no tengan que molestarse por mi»
- «Importa más lo que tú piensas, sientes o deseas que lo que yo pienso siento o deseo»
- «Es necesario ser querido y apreciado por TODO el mundo»
- Se muestra insegura para saber qué hacer o decir.
- Frecuentes quejas sobre los demás: «No me comprenden»; «Se aprovechan de mi»; «Son unos egoístas»; «Nunca me tienen en cuenta…«
- Lenguaje no verbal:
- volumen de voz bajo, habla poco fluída (tartamudez, bloqueos, vacilaciones, muletillas…).
- mirada baja, rehuye el contacto ocular, cara tensa, dientes o labis apretados, manos nerviosas, postura tensa, incómoda.
- Sentimientos y emociones: impotencia, mucha energía mental (le dan muchas vueltas a la cabeza, piensan en exceso), poca energía externa, sentimientos de culpabilidad, baja autoestima, ansiedad, frustración, deshonestidad emocional (pueden sentirse enfadados, hostiles y agresivos pero no lo demuestran y van acumulando dentro de si mismos todo ese resentimiento).
REPERCUSIONES DE LA CONDUCTA PASIVA EN EL ENTORNO
Ante las personas pasivas podemos experimentar dos sensaciones:
- Sentimientos de culpa: «Es que es tan bueno/a conmigo…», «Me sabe tan mal decirle que…»
- Sentimientos de superioridad, creernos con la capacidad de aprovecharnos de su «bondad».
Otra de las repercusiones es que las personas pasivas tienen repentinos estallidos de ira y agresividad fruto de todos los sentimientos y emociones reprimidas. Estos estallidos son desmesurados e incontrolados y la persona no pone en práctica las habilidades sociales pertinentes para armonizar la situación.
En cuanto a la propia persona pasiva, es frecuente que tenga problemas somáticos por toda la tensión no manifestada (dolores de cabeza, de espalda, problemas estomacales, tensión muscular, etc…)
LA PERSONA AGRESIVA
- Sí que defiende sus derechos e intereses pero de una forma excesiva y sin tener en cuenta los derechos ajenos (aunque en ocasiones no se trata de que no los tengan en cuenta, sino que no poseen las habilidades para afrontar correctamente una situación).
- Patrones de pensamiento erróneos:
- «Yo soy el que importa por encima de ti»
- «Lo que tú piensas o sientes no me interesa»
- «Es horrible que las cosas no me salgan como a mi me gustaría que saliesen»
- A veces pueden pensar que hay gente mala en el mundo y que merece ser castigada.
- «Si no me muestro así de agresivo/enfadado me siento muy vulnerable»
- Lenguaje no verbal:
- Volumen de voz elevado, habla precipitada y en ocasiones no fluida, tajante, insultos, interrupciones, amenazas…
- Contanto ocular desafiante, cara tensa, manos tensas, postura que invade el espacio del otro, tendencia al contraataque.
- Sentimientos y emociones:
- Ansiedad en aumento, soledad, sentimiento de incomprensión, culpa, frustración, baja autoestima, sensación de falta de control, enfado cada vez más constante y con más personas y situaciones, honestidad emocional (expresan lo que sienten, aunque no de la mejora manera).
REPERCUSIONES DEL COMPORTAMIENTO AGRESIVO EN EL ENTORNO
Las consecuencias que sufren estas personas es el rechazo o la huída de los que están cerca.
Además, nos encontramos con que la persona agresiva entra en un círculo vicioso en el que presiona y hostiga a los demás incitándolos a que saquen su agresividad y poder así ellos seguir aumentando su ira y sus conductas agresivas.
La persona agresiva, la mayoría de las veces, no lo es realmente en su interior, sin embargo, carece de las herramientas y habilidades para hacer las cosas mejor y se siente tan vulnerable que opta por atacar a los demás antes de sentirse atacado o herido. Tambié es cierto, que existe una porción de personas agresivas qué se comportan así, no por que se sientan frágiles, si no por que tienen una manera de pensar muy rígida y autoritaria con unas convicciones o pensamientos muy radicales.
LA PERSONA ASERTIVA
- Conocen sus derechos, necesidades y deseos y los defienden, respetando a los demás, sin herir.
- No entran en el juego de ganar o perder una discusión, sino que tratan de llegar a un acuerdo con el otro y negocian posibles soluciones.
- Conocen y creen en unos derechos para sí mismos y para los demás.
- Expresan tanto sentimientos positivos como negativos y se defienden sin agredir.
- Son honestos con lo que sienten y expresan sus gustos, pero también las cosas que no les gusta.
- Saben pedir aclaraciones, decir «no», aceptar errores.
- Sentimientos y emociones de buena autoestima, sentimiento de igualdad con respecto a los demás, satisfacción en sus relaciones, respetor hacia uno mismo y sensación de control emocional.
REPERCUSIONES DE LA CONDUCTA ASERTIVA EN EL ENTORNO
Lo positivo de menejarnos desde la asertividad es que mejoramos las relaciones con los demás a través de la actitud asertiva y que nos convertimos en ejemplo para otras personas invitándolas a manejarse de una manera más asertiva. Podríamos decir, que la personas asertiva tiene el efecto de armonizar los conflicto ya que:
- Frenan o desarman a la persona que les ataca.
- Aclaran equívocos.
- Los demás se sienten respetados y valorados.
- Fomentan el acercamiento de los demás.
¿En cuál de estos tres estilos te ves más reflejado? Te animo a que lo reflexiones y extraigas tus propias conclusiones. ¡Sabiendo donde nos encontramos podremos decidir hacia dónde avanzar!
Espero que os haya resultado interesante. Si es así deja tu comentario, comparte o dale a «me gusta». ¡Nos leemos en el siguiente post!
Sandra Muñoz Tortajada
Psicóloga especializada en Ps. Clínica, CV-12460
Facebook: Psicología Sandra Muñoz / email: sandra.m@cop.es
Despacho: C/Guillem de Castro, nº9 (Valencia)
2 comentarios en “¿Qué puedo hacer para mejorar mi asertividad?”